Mensaje Navideño 2025
Una reflexión sobre por qué hacemos lo que hacemos.
Queridos,
Llega Navidad y, como cada año, el ruido es mucho: balances, promesas, brindis rápidos y frases bonitas que duran lo que dura el turrón. Yo prefiero otra cosa. Prefiero parar un segundo y hablarte sin fuegos artificiales.
Este año no fue fácil. No para mí, y sospecho que tampoco para vos. Fue un año de procesos. De esos que no se postean en Instagram porque no lucen. Procesos incómodos, lentos, a veces ingratos. Pero reales.
21 días nació con una idea simple y exigente: volver a lo esencial. No motivar por motivar, sino entrenar el músculo más olvidado de todos: la constancia. Día a día, sin épica barata. Muchos empezaron con entusiasmo, otros con escepticismo. Algunos abandonaron. Otros siguieron. Y los que siguieron entendieron algo clave: no se trata de cambiar tu vida en 21 días, sino de cambiar la relación que tenés con vos mismo.
Después llegó Reflexiones Incómodas. Y no fue casualidad. Fue consecuencia. Porque cuando uno deja de anestesiarse, empiezan las preguntas que no tienen respuestas rápidas. Las que incomodan. Las que te obligan a pensar, a revisar decisiones, a asumir responsabilidades. No es contenido para entretener. Es contenido para acompañar procesos reales, de esos que duelen un poco, pero ordenan mucho.
No gana el más brillante, no gana el más rápido, gana el que se queda cuando se le van las ganas.
Por eso este mensaje no es un "felices fiestas" vacío. Es una invitación clara. Si sentís que este año te dejó cansado pero más lúcido, si entendiste que crecer no es acumular logros sino afinar criterio, entonces seguí caminando con nosotros.
El podcast no es un lugar al que se entra para sentirse bien cinco minutos. Es un derrotero. Un recorrido. Una conversación honesta que, episodio a episodio, puede ayudarte a pensar mejor, decidir con más conciencia y vivir con menos autoengaño.
No prometo milagros. No creo en ellos. Prometo perspectiva. Prometo preguntas bien hechas. Prometo acompañarte mientras ordenás tu propio camino.
Gracias por estar. Gracias por escuchar. Gracias por no conformarte con lo superficial.
Que esta Navidad no sea solo un cierre de año, sino un punto de inflexión. Seguimos. Con más verdad, más profundidad y menos ruido.
Un abrazo grande,
